Hace ya un tiempo, le comentábamos las consecuencias para los compradores que acarraba las novedades en la Ley de Servicios de Pagos.
Dado que la norma habilita a los comercios a cobrar un sobrecargo a los clientes que abonen sus compras con tarjetas de crédito o cheques, se espera un detrimento en las operaciones registradas por estos medios.
En realidad este sobrecargo, que se aplicará a los clientes, tiene por objeto cubrir los costes de la denominada tasa de descuento. La tasa de descuento es el importe que los comercios debían abonar a su banco por cada operación que tramitan sus terminales. Anteriormente este “coste”, recaía en el comerciante y no en el consumidor.
Sin embargo, esta medida aún no ha sido instrumentada en términos prácticos. El Ministerio de Economía está abocado a la elaboración de la reglamentación de esta norma, por la cual exigirá a los comerciantes que apliquen los recargos a que informen a sus clientes antes de materializar la operación cuáles serían los medios de pago que implican un recargo y la cuantía del mismo.
Por el momento los bancos están intentando retrasar la aplicación de la medida ya que temen que España no pueda alcanzar el nivel de penetración de las tarjetas que exhibe el resto de Europa.