Elegir un buen número PIN para la tarjeta de crédito es probablemente la primera medida de seguridad que debemos tomar para proteger nuestras tarjetas.
Año tras año los delitos cometidos por fraudes con tarjetas de credito no sólo se mantienen, crecen. El uso extendido de las tarjetas a través de Internet es sin duda un elemento que tiene que ver en este hecho, pero también, que no siempre aplicamos las medidas de seguridad correctas a nuestras tarjetas.
Resulta curioso como una parte muy importante de los delitos cometidos con tarjetas de crédito se realizan a través de la simple suplantación del titular introduciendo el número secreto o número PIN de la tarjeta.
Para una buena seguridad de nuestras tarjetas, como ya hemos indicado, resulta básico que tengamos en cuenta una buena elección de este número secreto. Esta es la primera de las medidas de seguridad y en muchos casos la más importante.
Cómo elegir un buen número PIN para la tarjeta de crédito
Las tarjetas de crédito llevan acompañando nuestras finanzas personales desde hace décadas, pero es realmente en los últimos 30 años cuando han explosionado hasta convertirse en un método de pago que ha superado al pago en metálico de largo.
Como suele ocurrir en los periodos de transición de un producto a otro, o de una manera de pagar a otra en este caso, aún solemos mantenernos sujetos a prácticas relacionadas con el modelo viejo. Esto es algo que se ve muy claramente en la elección de los números secretos de las tarjetas de crédito.
Es obvio que hoy en día nadie va a colocar su fecha de nacimiento como número PIN de la tarjeta, pero, también es verdad que no solemos complicarnos en exceso la vida a la hora de elegir este número, peor aún, buscamos números que resulten fáciles de memorizar y, otro error, tendemos a no modificar estos números prácticamente nunca.
En general en la actualidad el error de colocar números con relaciones personales evidentes tiene más que ver con las personas mayores poco acostumbradas al uso de nuevas tecnologías y muy celosas de sus productos financieros, es decir, personas que piensan que no van a exponer sus tarjetas y que desean mantener números secretos fáciles de recordar. Números como fechas de cumpleaños, combinaciones de edades, números de domicilio, son bastante habituales y poco recomendables ya que también son los primeros números y combinaciones que los delincuentes utilizan cuando tratan de utilizar nuestras tarjetas de manera fraudulenta.
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Cuando recibimos por primera vez una tarjeta de crédito se nos ofrece un número secreto que se genera de manera automática. Estos números se generan con todo tipo de garantías, es cierto, pero resulta más que recomendable modificarlos y colocar un número propio desde el primer momento. Obviamente esto se hace aún mucho más necesario cuando recibimos las tarjetas por correo o o si no se han generado los códigos automáticos en nuestra presencia, ya que en ambos casos podemos dudar sobre la seguridad de la emisión o sobre el acceso de terceros a los números.
Obviamente no existe un número perfecto pero sí una combinación de elementos que podemos tener en cuenta para proteger al máximo nuestra tarjeta. En primer lugar debemos elegir números aleatorios pero huir de las obviedades, combinaciones como 1234, repeticiones de números con una única modificación 1112, o similar nunca son buenas ideas. Hay que pensar que realmente cuatro dígitos son muy sencillos de memorizar y que va a resultar mucho más práctico y eficaz hacer un pequeño esfuerzo en memorizar un número totalmente nuevo y aleatorio que en usar como referencia otro código más sencillo de acceder.
Así que el primer elemento es buscar números aleatorios, no acudir a ningún tipo de combinación ni de modificación de números que no resulten comunes.
En segundo lugar una costumbre muy saludable para la seguridad de nuestras claves y contraseñas, y que no solemos poner en marcha, es la de actualizar nuestros números secretos cada cierto tiempo. Aquí tampoco existe una varita mágica para saber cuál es el momento más adecuado para estas modificaciones, va a depender mucho del grado de exposición de nuestras tarjetas en este caso. Si utilizamos habitualmente la tarjeta Internet o realizamos muchos pagos presenciales con ella, resulta interesante realizar al menos una modificación de clave al año.
Por supuesto a lo anterior hay que sumar cuestiones de lógica como por ejemplo no llevar nunca apuntado el número secreto encima, e incluso, si lo tenemos apuntado en el hogar procurar que lo esté de manera disimulada, por ejemplo en hojas alternas de un libro o en diferentes puntos de la casa de manera parcial.
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Otras medidas de seguridad con las tarjetas de crédito
Por supuesto existen otras medidas que van a ayudar a proteger nuestra tarjeta ante posibles fraudes, vamos a repasar tres de las más importantes.
No perder el control de las tarjetas
Estamos hablando no sólo de no perder de vista las tarjetas a la hora de realizar pagos presenciales, esto es básico ya que la duplicación de tarjetas sigue a la orden del día, sino también en otros ámbitos como no exponer la tarjeta durante periodos largos a terceras personas en pagos.
También por supuesto cuestiones más básicas como no olvidarse la tarjeta en el cajero, comprobar que los menús del cajero se han cerrado de manera correcta, y tener siempre localizadas las tarjetas y claro el lugar que ocupan en nuestras carteras.
No exponer la información de las tarjetas
Sobre todo en Internet la exposición de las tarjetas de crédito es muy elevada. Por ello cada vez con más insistencia se nos recomienda utilizar tarjetas virtuales o tarjetas prepago para las gestiones y compras a través de la red.
Internet es cada vez más seguro para las transacciones económicas, pero, no podemos obviar que a la vez es un vivero de estafas y delincuentes que avanzan a la misma velocidad que la red se protege. Esto nos obliga como usuarios a mantener un nivel elevado de alerta. Por ello es mucho mejor prevenir a partir de tarjetas cuya exposición sea limitada como las prepago o las virtuales.
Si aun así debemos utilizar necesariamente las tarjetas de crédito en Internet hay que garantizarse hacerlo sólo en entornos seguros de venta y jamás proporcionar nuestros datos como respuesta a correos electrónicos sospechosos, recuerde que su entidad financiera nunca le va a pedir a través de correos electrónicos números o datos personales.
Controlar los movimientos de las tarjetas
Este es otro elemento muy importante sobre todo porque nos puede permitir detectar rápidamente un fraude cometido con nuestra tarjeta. Se trata simplemente de revisar periódicamente los movimientos realizados con la tarjeta y contrastar que todos son correctos y realizados por nosotros o con nuestro consentimiento. Además de detectar fraudes esta simple acción puede evitarnos muchos problemas por errores y equivocaciones en cobros y pagos.
Siempre son útiles los artículos de seguridad financiera, muchas gracias