Las tarjetas de crédito son una herramienta financiera lo suficientemente importante como para que prestemos mucha atención a la hora de su contratación. Vamos a repasar algunas cuestiones clave para elegir correctamente las tarjetas de crédito.
Uno de los principales problemas a la hora de la elección de cualquier producto financiero, más aún en el caso de las tarjetas de credito, reside en el hecho de una oferta enorme que hace que el potencial cliente dude sobre lo que más puede convenir.
Es importante en este sentido partir de una base muy concreta: no se trata de buscar la mejor oferta en apariencia sino de tener claro qué es lo que buscamos, es decir, cuáles son nuestras necesidades reales respecto a las tarjetas, esto hará que afirmemos mucho más la búsqueda y que entonces podamos ajustar las ofertas a la necesidad.
Ten en cuenta que aunque todas las tarjetas parecen tener la misma utilidad esto no es así ni de lejos, de hecho, cada vez tenemos más tarjetas especializadas en las que, partiendo de la posibilidad de disponer de dinero, las prestaciones pueden variar sustancialmente, y también los costes.
Vamos a revisar en primer lugar algunas cuestiones que debes tener claras antes de pensar en contratar la tarjeta, la suma de respuestas a estas cuestiones para que puedas definir un perfil bastante concreto de tarjeta de crédito necesario para tus finanzas personales.
Cómo asumes los pagos
Este es un elemento primario a analizar. Ten en cuenta el tipo de pagador que eres, si utilizas más metálico o tiendes a utilizar más la tarjeta, y dentro de esto último, si te inclinas por realizar pagos aplazados o por abonar las compras con cada actualización mensual de la tarjeta.
En este apartado resulta muy importante ya que, dentro de las diferencias de las tarjetas, los pagos aplazados y los intereses cobran un papel relevante. Existen tarjetas orientadas al pago aplazado en las que este modelo de pago se ve favorecido respecto a otras en las que los costes de intereses son muy elevados.
Otro elemento a tener en cuenta es el de las tarjetas que permiten el aplazamiento a partir de pagos mínimos, que toman forma de cuotas. Esta es una idea muy poco recomendable salvo para quien tiene claro el modelo de pago. Esto es así porque en la distribución de los pagos en forma de cuotas la aplicación de los intereses se extiende en el tiempo, ya que responde al mismo criterio de amortización de costes, impuestos, intereses, comisiones y capital. Además, se corre el riesgo de vivir a crédito, un problema que supone un gasto extraordinario por la financiación constante de la tarjeta de crédito.
Todo lo que tienes que saber sobre las comisiones de las tarjetas lo encontrarás aquí
Los ingresos
Obviamente los ingresos son determinantes a la hora de solicitar una tarjeta de crédito, y lo son porque es en el balance entre gastos e ingresos en el que debemos fijarnos antes de solicitar límites crediticios. Realmente esta parte es relativamente sencilla ya que son las propias entidades financieras, cuando nos ofrecen el producto, las que nos sugieren los límites en función de nuestros ingresos.
Sin embargo, la posibilidad de contratar tarjetas de crédito sin banco, o de acceder a ofertas especiales de tarjetas de crédito de otro tipo de entidades, abre mucho el panorama crediticio personal. Esto debe ser siempre estudiado al detalle ya que la acumulación de crédito no va a suponer una mejora de tus finanzas, en todo caso supone una mejora de los límites de financiación que luego debes abonar con sus correspondientes intereses, si no alcanza para un límite difícilmente va a alcanzar para otro superior. Y por supuesto aquello de utilizar una tarjeta de crédito para abonar los costes de otra tarjeta de crédito es una de las peores ideas de financiación a corto plazo que puedes tener, fundamentalmente porque vas a acabar pagando intereses enormemente superiores a los de un préstamo personal con el que liquidar la situación.
Cuanto y para qué utilizas la tarjeta
Esta es otra cuestión relevante. La utilidad que le vamos a dar a la tarjeta es clave ya que va a determinar definitivamente el tipo de plástico que necesitamos.
Por ejemplo, si vamos a utilizar tarjetas exclusivamente contra el saldo de nuestras cuentas, no utilizando el crédito y entendemos este únicamente como una herramienta en caso de necesidad de financiación inmediata por emergencias, el tipo de tarjeta que vamos a necesitar es muy diferente a sí realizamos una gran cantidad de pagos a crédito o en modalidad aplazada.
También tenemos que considerar el uso que le damos a la tarjeta en Internet, en la actualidad las compras por internet se multiplican año tras año y crecen como un auténtico canal comercial en sí mismo. El uso de las tarjetas en Internet es básico para afrontar los pagos, sin embargo, a la vez y aun existiendo grandes medios de protección de pago, existen tipos de tarjeta que son más recomendables que otros para esta función.
En definitiva se trata de determinar cuánto, cuándo y cómo vas a usar la tarjeta ya que esto te permitirá tener más claro lo que necesitas, si contratar una única tarjeta de crédito o contratar diferentes tarjetas que cumplan varias funciones, de pago aplazado, de pago por internet etcétera.
¿Sabes cómo manejar las deudas de las tarjetas de crédito? en este post te damos consejos al respecto
Ten en cuenta el historial crediticio
Nunca hay que olvidar que las tarjetas de crédito son productos de financiación. Como tal, un producto de financiación se concede valorando el historial crediticio de quien lo solicita. Es cierto que a diferencia de otros productos a la hora de conceder tarjetas de crédito asociadas por ejemplo cuentas bancarias, la valoración del historial crediticio se produce pero puede ser un tanto más relajada que cuando solicitamos de manera exclusiva una tarjeta. Esto es así porque si se garantizan unos ingresos a través de la domiciliación denominada la entidad puede entender que vas a cubrir los posibles gastos de tarjeta. Ojo esto no siempre ocurre así y tener un mal historial crediticio puede significar desde que la oferta de tu tarjeta sea para importes muy bajos a crédito hasta que, directamente, sólo te ofrezcan tarjetas débito.
Cosas a recordar cuando tengas tu tarjeta de crédito
Una vez hayas solicitado y obtenido una tarjeta de crédito sería interesante que recuerdes una serie de cosas básicas sobre su uso.
- En primer lugar que estás ante un producto de financiación que no es una extensión de tus ingresos, todo el dinero que sacas a crédito es dinero que debes más intereses.
- En segundo lugar debes tener siempre presente de la fecha de carga o fin del periodo de registro de consumos, suele coincidir con un día de entre los primeros de cada mes y se convierte en la fecha en la que debes abonar los pagos realizados a crédito si no son aplazados.
- Recuerda que los pagos en cuotas mínimas difiriendo la deuda no son ninguna buena idea en las tarjetas de crédito, de hecho sería uno de los peores mecanismos de financiación (por caro) al que puedes acceder.
- Controlar las promociones que te hayan ofrecido, por ejemplo determinados meses sin intereses. Controlar también los períodos de aplazamiento sin intereses, este tipo de gansos promocionales pueden conducir a muchas pequeñas operaciones que al final suponen en conjunto una deuda notable.
- Trata de utilizar la tarjeta para aquellas compras o contratación de servicios para las que las has contratado, evita utilizarlas como fuente de financiación o de manera incorrecta.
- Revisa siempre y de manera regular el estado de cuenta de tu tarjeta, no lo vas exclusivamente con cada periodo de vencimiento.