Comprar por internet es cómodo, rápido y, en muchos casos, más barato que hacerlo en tiendas físicas. Pero también tiene sus riesgos. Cada vez hay más fraudes, filtraciones de datos y estafas diseñadas para robar la información de tu tarjeta.
Aquí es donde entran en juego las tarjetas virtuales, una solución que te permite pagar online con mayor seguridad y sin exponer tu tarjeta principal. Si aún no usas una, aquí tienes varias razones para empezar.
Evita fraudes y robos de datos
Uno de los mayores problemas de pagar con una tarjeta física en internet es que, si los datos caen en manos equivocadas, pueden usarse para hacer compras sin tu consentimiento. Las tarjetas virtuales reducen este riesgo porque muchas de ellas son de un solo uso o tienen límites de gasto configurables.
Imagina que compras en una tienda poco conocida y, semanas después, ves cargos sospechosos en tu cuenta. Con una tarjeta virtual desechable, esto no habría pasado, porque después de hacer tu compra, la tarjeta habría dejado de funcionar.
Más control sobre tus compras
Las tarjetas virtuales no solo son más seguras, sino que también te dan mayor control sobre tus gastos. En muchos bancos y fintechs puedes:
- Crear tarjetas con un límite de gasto mensual.
- Generar tarjetas temporales para suscripciones y eliminarlas cuando ya no las necesites.
- Usar tarjetas diferentes para cada plataforma o tienda, evitando que un solo fallo de seguridad afecte a todas tus compras.
Esto significa que puedes, por ejemplo, crear una tarjeta solo para pagar Netflix o Spotify y cancelarla si decides darte de baja, evitando cargos inesperados.
Olvídate de los problemas con las suscripciones
Seguro que alguna vez te has suscrito a un servicio «gratis» y, cuando intentaste cancelarlo, te lo pusieron difícil o incluso te cobraron sin previo aviso. Con una tarjeta virtual puedes evitar este problema fácilmente: usas una tarjeta específica para esa suscripción y la eliminas cuando ya no la necesites.
Esto es especialmente útil con servicios que intentan retenerte a toda costa o que renuevan automáticamente sin avisar.
Compatibilidad con wallets digitales
Muchas tarjetas virtuales pueden añadirse a Google Pay o Apple Pay, por lo que puedes usarlas no solo para compras online, sino también para pagos en tiendas físicas sin necesidad de una tarjeta física.
Además, las fintechs como Revolut, Wise o N26 ofrecen la opción de crear múltiples tarjetas virtuales en segundos, lo que facilita aún más su uso para diferentes tipos de compras.
¿Vale la pena usarlas?
Definitivamente sí. Con una tarjeta virtual reduces el riesgo de fraude, tienes más control sobre tus pagos y evitas problemas con suscripciones o cargos inesperados.
Si compras por internet con frecuencia, usar tarjetas virtuales debería ser una práctica habitual. Hoy en día, casi todos los bancos y plataformas fintech ofrecen esta opción, muchas veces sin coste adicional.
No se trata solo de comodidad, sino de proteger tu dinero y tu información financiera de posibles riesgos.