El Banco Central Europeo ha publicado las estadísticas que miden el avance en la adaptación a los estándares europeos, respecto de la emisión de tarjetas con chip, así como de la armonización en cajeros y terminales en tiendas (TPV). De este informe se desprende que la banca de nuestro país se encuentra atrasadísima en la emisión y la sustitución correspondiente de las tarjetas con chip o tecnología EMV.
La nueva tecnología que colabora en la reducción del fraude al incrementar la seguridad de las operaciones que se efectúan con estos plásticos, deberá estar operativa en toda la región para fin de 2010. La implantación del chip obliga al titular teclear su clave (PIN) cada vez que efectúa una compra con su tarjeta, evitando su utilización en casos no autorizados.
Siendo la más retrasada en Europa, en la adopción de la nueva tecnología para tarjetas, la banca española sólo había adaptado el 26,3% de los 73 millones de plásticos del país al cierre de marzo.
Esta cifra se encuentra muy lejos de la media del resto de los países europeos que a la misma fecha ya alcanzaba el 70%.
Expertos del sector estiman que nuestro país completará la migración obligatoria de sus tarjetas al chip, que le es exigida por los estándares técnicos comunes adoptados por la zona única de pagos del euro (SEPA, en inglés) recién durante el primer trimestre de 2011.
El desinterés exhibido por la banca nacional, derivará en el incumplimiento del calendario establecido para SEPA. Sin embargo, éste, no conlleva penalización alguna de las autoridades comunitarias.