¿Pago aplazado con tarjeta o crédito personal?

A la hora de afrontar un gasto, dependiendo del impacto sobre nuestra economía doméstica que suponga, la tendencia a financiarlo de algún modo u otro se ve respondida con diversas opciones. En la elección de estas opciones vamos a encontrar posibilidades de acertar más o menos favorablemente para nuestro bolsillo, ya que, se pueden establecer diferencias muy grandes dependiendo del producto en relación a los costes. Dos modelos diferentes de afrontar la situación con dos productos distintos son el pago aplazado con tarjeta o el crédito personal, pero ¿cuál resulta mejor?

USAR BIEN TARJETAS DE CREDITO

No resulta una pregunta inapropiada, al contrario, realmente una mala elección de la financiación ante gastos (habitualmente gastos medios) puede ser la causante de un proceso de sobreendeudamiento si supone una carga excesivamente pesada para el conjunto de la economía doméstica, por tanto, merece la pena detenerse a estudiar a fondo ambas opciones y valorar la mejor entre las tarjetas de crédito o el crédito personal.

Tal vez la mejor definición inicial es afirmar que ambos productos pueden llegar a ser perfectamente adecuados para afrontar un gasto o un pago y aplazarlo. Pero, también, en ambos casos se exige del usuario una lectura clara de sus necesidades aplicada a las características del producto; algo que no nos gusta demasiado, entender realmente cómo funciona un producto y cuáles son sus condiciones básicas, los que van a influir en nuestro bolsillo. Realmente este sería el resumen inicial ante la pregunta que formula el artículo, es decir, ambos productos son válidos pero lo serán más cuanto más cerca de la realidad de nuestra necesidad se encuentre.

El pago aplazado con tarjeta

En este caso no vamos a centrarnos en las compras aplazadas al uso, se entiende que ante una compra aplazada de las que se consideran habituales y se realizan en comercios y establecimientos comerciales no requiere generalmente de un crédito, por importe y plazos, ya que, efectivamente existen tarjetas de pago aplazado, sin cargo de intereses, capaces de absorber cantidades bajas e incluso medidas, y totalmente adecuadas en estos casos, contra los que no hay competencia posible en principio, ya que, insistimos, aportan un pago aplazado por un periodo de tiempo relativamente corto pero generalmente carente de intereses.

Por tanto nos centraremos en otro escenario habitual, cuando el gasto o el pago que se necesita asumir ya presenta un importe medio/alto, y necesita de un aplazamiento a más largo plazo que tres o cuatro meses por parte del usuario. La opción más habitual para el uso de la tarjeta en estos casos es lo de los pagos fraccionados. Raro será encontrar una tarjeta que aplace a más de seis meses el monto total de una operación (por no decir imposible) de hecho la fragmentación de un pago en partes, algo relativamente habitual, a partir de los seis meses tampoco es muy frecuente.

En este caso, cuando decidimos aplazar pago y devolverlo fragmentado, la tendencia habitual es la de aplicar sobre la devolución los intereses, que como sabemos son elevados, y, podrán tener una suerte de periodo de carencia durante un número determinado de meses, habitualmente no superior a los tres.

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tarjetas de crédito

Todo esto determina una financiación cara. Esta es la primera conclusión es cierto que algunas tarjetas de crédito nos van a ofrecer un aplazamiento gratuito, pero, suele ser a corto plazo en lo que a mensualidades se refiere por lo que no se mostró excesivamente operativo para un pago aplazado estándar. Por otro lado, no debemos olvidar que el uso del crédito de la tarjeta en esta modalidad bloquea el importe dispuesto y sólo lo va liberando según vamos amortizando, es decir, si nuestro límite de tarjeta es de 3000 euros y hemos solicitado un pago aplazado de 2000 euros con una fragmentación de devolución en cuatro mensualidades de 500 euros, el primer mes tras la primera amortización nuestra tarjeta tendrá un disponible de 1500 euros, el segundo de 2000 y así sucesivamente hasta la amortización.

Ni qué decir tiene que en cantidades bajas este modelo de devolución genera una auténtica espiral de crédito caro, del que resulta muy complejo salir.

CréditoEl crédito personal

Es cierto, no corren aún buenos tiempos para los créditos, pero, también es cierto que durante el último semestre hemos asistido a una mejora interesante en bastantes productos. Esto ha llevado a que no resulte excesivamente complicado encontrar créditos personales de importe bajo y medio (entre 600 euros y 20,000 euros) que gracias a la vinculación pueden presentar intereses por debajo del 10% (en algunos casos hasta por debajo del 8%) en plazos de amortización que pueden llegar hasta los 50 años.

Esto quiere decir que efectivamente, aunque el grifo del crédito sigue sin abrirse, la oferta de productos comienza a mejorar y en el mercado encontramos productos que si empiezan a estar más o menos acordes a lo que hoy en día sería demandarle por parte de los usuarios (algo que hace no tanto tiempo no era así en absoluto)

En este caso, enfrentándonos por ejemplo al mismo gasto aplazado de 2000 euros al que nos referíamos anteriormente, un crédito se nos muestra mucho más abierto en lo que a devolución se refiere. Podemos elegir el periodo de amortización a más largo plazo (aunque obviamente supondrá mayor coste) Y además lo podemos hacer sin una repercusión directa ni sobre nuestro crédito ni más allá de la amortización pactada mensualmente ( siempre y cuando no se trate de un crédito preconcedido donde la disposición de crédito funciona de manera similar a las tarjetas, es decir, hasta que no amortice modos no volvemos a tener crédito disponible)

En conclusión

Todo esto haría pensar en una primera lectura que efectivamente por tanto los créditos personales son más eficaces que las tarjetas de crédito para el pago aplazado. Efectivamente la primera respuesta puede ser si. Pero hay muchos matices que tener en cuenta, matices que van desde el modelo de tarjeta, la aplicación de intereses que esté presente, la posibilidad de pagos aplazados sin carga de intereses, mientras que en el lado los créditos, y no desde luego desde un punto de vista negativo, van a influir elementos como el nivel de vinculación exigido para obtener el mejor tipo de interés, la dificultad de la concesión de un crédito personal (la necesidad de garantizar ese crédito a través de otros productos o incluso de garantías concretas) y el impacto de una mala planificación de las amortizaciones, desafortunadamente algo muy frecuente en la financiación personal.

Por tanto la conclusión más evidente es que, aunque para financiaciones de importe medio a plazos superiores a los seis meses los créditos parecen tener mucho más potencial para el usuario, en plazos menores la cosa ya no está tan clara, por lo que deberá ser el propio usuario quien analice a fondo las condiciones particulares de la operación, tanto de la posible operación a crédito como las condiciones del pago aplazado de su tarjeta.

Ventajas de las tarjetas de pago aplazado

Como ya hemos podido comprobar las tarjetas de pago glosado tienen ventajas que debemos considerar cuando realizamos una compra a crédito.

En primer lugar, cuando se trata de tarjetas especializadas en el pago aplazado, generalmente tarjetas que no se pueden utilizar y para disposiciones en metálico ni  otro tipo de operaciones más que los pagos aplazados, estas tarjetas suelen ofrecer condiciones muy buenas en lo que a intereses y período de aplazamiento se refiere. Sin embargo, se trata de un producto prácticamente desaparecido del mercado y que ha dado lugar al aumento de las tarjetas de crédito con posibilidad de pago aplazado.

Dentro de las tarjetas de crédito, pago aplazado la principal ventaja que podríamos indicar es la inmediatez en la cooperativa. Si disponemos del crédito suficiente para realizar la compra esta se va a poder realizar de manera inmediata, sin esperas ni tramitación de ningún otro documento. Además, generalmente los pagos aplazados podrán ser dispuestos por el propio cliente en lo que a cantidad de meses se refiere, aunque los plazos de estos pueden venir determinados, por ejemplo un trimestre o un semestre. Por otro lado muchas tarjetas de crédito de pago aplazado permiten la amortización anticipada de los aplazamientos algo que puede resultar muy interesante, sobre todo en aquellas tarjetas que los primeros meses de aplazamiento no cobrar intereses o los intereses son más bajos.

Otra ventaja a tener en cuenta es que las tarjetas de crédito de pago aplazado, una vez abonados los sucesivos pagos estos vuelven a transformarse en crédito, con lo cual, una vez abonado el total de la compra nuestros intereses volveremos a tener el mismo crédito que antes de realizar dicha compra. Esto no ocurre en el mismo modo con un crédito personal que una vez amortizado deberá volver a ser solicitado en caso de necesidad.

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Inconvenientes de las tarjetas de pago aplazado

El principal inconveniente es que apenas quedan tarjetas especializadas en pago aplazado, y las que quedan se relacionan de manera directa con una entidad comercial o cadena de grandes superficies limitando los aplazamientos al propio ámbito comercial de los emisores. Esto hace que realmente cuando hablamos de pago aplazado estamos hablando de tarjetas de crédito en las que el hecho de su funcionamiento permiten el aplazamiento de los importes desembolsados en contra, aplazamiento que puede ser parcial en forma de cuotas mensuales pactadas hasta la devolución del principal más intereses, o total en un periodo de tiempo determinado que puede ir entre un mes y seis meses dependiendo de las ofertas.

Ojo, es importante tener en cuenta que no es lo mismo aplazar una compra que aplazar una deuda de la tarjeta. En el primero de los casos podemos tener determinadas ventajas bien proporcionadas por la propia tarjeta o bien por el comercio en el que realizamos la compra, en el segundo de los casos estamos activando una opción de financiación que generalmente es muy cara y que puede traer a largo plazo el problema de sobre endeudamiento.

Desde luego el precio es uno de los grandes inconvenientes de las tarjetas de crédito de pago aplazado. Se trata, junto a los créditos rápidos, de una de las modalidades de financiación más caras existentes en el mercado. Además, hay que sumar que los intereses ya de por sí elevados, se unen las comisiones por retraso en los pagos, también muy elevadas o las comisiones por disposición de dinero en metálico crédito, algo muy habitual en nuestro país es lo poco aconsejable para unas finanzas personales saludables.

Por otro lado, otro de los grandes inconvenientes del uso del pago aplazado las tarjetas, es la costumbre del funcionamiento a crédito. Esto hace que de manera constante estemos generando deudas relacionadas con la devolución de los intereses que de otro modo no deberían producirse, es decir, estamos gastando más dinero del necesario en la propia gestión de nuestras cuentas.

Ventajas del crédito personal

Aunque las diferentes ventajas del crédito personal frente a la compra aplazada mediante  tarjeta de crédito se podrían ordenar de diferentes maneras, parece interesante comenzar por una de las ventajas que no siempre advertimos y que resulta determinante: el crédito personal por cuanto se trata de una operación especificada que requiere de un proceso, generalmente se asocia con compras mucho más meditadas que el aplazamiento del pago con tarjeta, algo que puede ser mucho más impulsivo ya que el gasto con tarjeta siempre es de media más elevado que el gasto en metálico o que otros métodos de financiación, simplemente por la no visualización de dinero y la no conciencia inmediata de una operación financiera como la que es, un préstamo.

Otra ventaja del crédito personal muy a tener en cuenta es la de los costes y los plazos de amortización. En general la media de intereses que se paga en el mismo periodo entre una tarjeta de crédito aplazada un crédito personal favorece mucho a este último, con una diferencia verdaderamente elevada y, a pesar de los posibles costes de apertura o de estudio del crédito, la gran mayoría de veces el resultado a ser favorable a solicitar un crédito personal en relación a aplazar pago con tarjeta.

Otra opción interesante, aunque pueda parecer lateral, es que si realizamos diferentes opciones de financiación a lo largo de nuestra vida a través de créditos personales, y, las devoluciones se realizan de manera correcta y en tiempo, nuestro historial crediticio va a mejorar notablemente. Esto no ocurre de igual modo en las tarjetas de crédito donde el volumen de operación se considera como un todo, independientemente de tratarse de un pago aplazado o de un pago inmediato.

Inconvenientes del crédito personal

El primer inconveniente es precisamente que se trata de un crédito. Esto quiere decir que no a ser una operación inmediata, salvo en el caso de los créditos concedidos de antemano a modo de cuenta de crédito que ofrecer algunas entidades como premio a la vinculación del usuario a través de productos nómina. Pero en este caso la comparativa la estamos realizando exclusivamente sobre los créditos personales al consumo, y, en relación a estos, desde luego es una desventaja el proceso que llevar a cabo para su solicitud, aprobación y disposición de dinero, algo que en el caso de la compra rápida puede no ser precisamente útil.

Otro elemento muy importante a tener en cuenta es que el acceso a los créditos personales no es nada sencillo. En general las entidades financieras no son muy partidarias de conceder pequeños créditos personales, en parte porque prefieren fomentar el uso de las tarjetas de crédito reportan mayores niveles de interés, pero también porque el crédito personal aún no fluye como lo hiciera hace una década atrás, y, los bancos siguen siendo muy conservadores antes de prestar su dinero.

Y esto nos lleva a otro inconveniente muy importante y es que sigue siendo muy complicado contratar financiación en forma de créditos independientemente de ser cliente o no de la entidad. Y, en todo caso, se nos puede llegar a solicitar un nivel de vinculación elevado que no siempre es interesante ya que aquí, la suma de costes, podría ser que efectivamente solicitar un crédito a través de la contratación de otros productos como cuentas nómina, tarjetas, seguros, etcétera, puedan acabar siendo más caro que un aplazamiento con tarjeta de crédito.