La gestión eficaz de las deudas de tu tarjeta de crédito debe ser hecha mediante la estabilización de tu perfil financiero y además de esto debe dejar más dinero para otros usos al final de cada mes.
Conocer los verdaderos costes de la tarjeta de crédito
El dinero de plástico supone un peligro enorme para una economía doméstica inestable. La facilidad de acceso a crédito de las tarjetas conlleva en estos casos a una tendencia de mal uso en la que se entra en una espiral de vida a crédito que, no solo resulta cara, también puede acabar con el sobre endeudamiento de nuestras finanzas personales, enemigo mortal de cualquier economía familiar.
Pongamos un ejemplo: suponemos que tenemos una tarjeta a crédito de 1500 euros como límite de crédito y que permite el aplazamiento de pago a tres meses máximo con carga de intereses y hago las siguientes operaciones:
Disponible a crédito | Operaciones | Retenido/aplazado | |
Mes 1 | 1500€ | · 500€ retirada efectivo + comisión efectivo + intereses · 300 pago aplazado a 3 meses · 800€ pago a crédito + intereses
| · 300€ + intereses |
Mes 2 | 1200€ | · 500€ retirada efectivo + comisión efectivo + intereses · 300 pago aplazado a 3 meses · 400€ pago a crédito + intereses
| · 600€ + intereses |
Mes 3 | 1000€ | · 500€ retirada efectivo + comisión efectivo + intereses · 300 pago aplazado a 3 meses · 200€ pago a crédito + intereses
| · 800€ + intereses |
Se trata obviamente de una situación ficticia, primero porque no se han aplicado en las amortizaciones los intereses, que varían los disponibles a partir del primer mes, y segundo porque con mucha probabilidad si este es el uso sistemático de tu tarjeta, la entidad bancaria bloquee el límite de aplazamiento, pero nos interesa analizarlo.
Fíjate la enorme cantidad de gastos que supone este uso de tarjeta:
- Las comisiones por disposición en efectivo
- Los intereses por pago a crédito regular
- Los intereses por pago aplazado
A todo esto debes sumar que, probablemente, esta tarjeta se asocie a una cuenta donde, de no cubrir en fechas los pagos, se generen descubiertos con más coste.
Realmente has estado en este caso disponiendo de un crédito de 3700 euros con unos intereses y costes estratosféricos si los comparas con los de un crédito al consumo o cualquier otra fuente de financiación.
Conocer el verdadero coste de tu tarjeta es fundamental. Tómate el tiempo necesario para aprender exactamente cómo las tasas de interés y los pagos repercuten sobre las tarjetas de credito. Antes de comprar un producto o servicio a crédito, realiza los cálculos basados en las tasas de pago y descubre la cantidad que realmente te costará.
En este post te mostramos los principales seguros asociados a las tarjetas de crédito.
Tomar una perspectiva a largo plazo con las tarjetas de crédito
Todo lo anterior podría llevar a pensar que las tarjetas de crédito no son instrumentos financieros útiles para nuestro bolsillo, pero esto no es cierto. No es un instrumento malo o negativo, es el mal uso que le damos lo que lo torna en una herramienta peligrosa.
Realmente la mejor manera para entender esto es tomar una perspectiva a largo plazo sobre nuestra tarjeta de crédito y su impacto en nuestro bolsillo. La cuestión es sencilla si en el plazo de dos años hemos dispuesto 10.000 euros a crédito en tarjetas a un interés medio del 22% TAE en un préstamo al consumo hubiéramos pagado por ese mismo crédito un interés medio del 8%. Pero hay más, si bien se pueden imputar al préstamo costes de formalización, si dentro del crédito de las tarjetas hemos realizado disposiciones en metálico el coste se multiplica.
Por tanto ¿cuándo resultan realmente útiles las tarjetas de crédito? La respuesta es simple, en combinación con otros instrumentos de pago como las tarjetas prepago o de débito y cuando se aprovechan sus ventajas.
Cuando te disponer a contratar tarjetas de crédito no te debes dejar llevar tan solo por los canto de sirena de la eliminación de costes de emisión o cuotas, también por las posibles ventajas que la tarjeta posea. Por ejemplo, existe una oferta amplia de tarjetas que no aplican comisión al aplazamiento en plazos determinados (generalmente un mes) obviamente esta ventaja de la tarjeta es interesante ya que obtenemos un crédito al 0%.
En general los consejos útiles básicos serían los siguientes:
- No realizar disposiciones en metálico a crédito
- Aprovechar las ventajas de la tarjeta en aplazamientos sin intereses
- Controlar los gastos a crédito con intereses y si es posible realizarlos a débito
Las tarjetas de crédito ofrecen beneficios financiero a corto plazo, pero pueden causar daños considerables a largo plazo. Aprende a mirar sus finanzas como una situación a largo plazo. Estate al tanto de los efectos del equilibrio de las tarjetas de crédito en tus gastos durante los próximos dos o tres años. Si es necesario, escribe esto y colócalos en tu casa a la vista. Esta toma de conciencia puede llevar a que la emoción de las grandes compras con las tarjetas de crédito se disminuya y compres lo que realmente necesario.
Descubre en este artículo qué hacer ante la perdida o robo de tu tarjeta
Presupuesto contra uso impulsivo
Por tanto ¿cuándo resultan realmente útiles las tarjetas de crédito? La respuesta es simple, en combinación con otros instrumentos de pago como las tarjetas prepago o de débito y cuando se aprovechan sus ventajas.
Cuando te disponer a contratar tarjetas de crédito no te debes dejar llevar tan solo por los canto de sirena de la eliminación de costes de emisión o cuotas, también por las posibles ventajas que la tarjeta posea. Por ejemplo, existe una oferta amplia de tarjetas que no aplican comisión al aplazamiento en plazos determinados (generalmente un mes) obviamente esta ventaja de la tarjeta es interesante ya que obtenemos un crédito al 0%.
En general los consejos útiles básicos serían los siguientes:
- No realizar disposiciones en metálico a crédito
- Aprovechar las ventajas de la tarjeta en aplazamientos sin intereses
- Controlar los gastos a crédito con intereses y si es posible realizarlos a débito
Una estupenda herramienta contra el mal uso del crédito de las tarjetas es mantener un buen presupuesto de nuestra economía doméstica. Curiosamente, y aunque puede dar algo de pereza inicial, no se trata de algo difícil ni complejo y, sin embargo, puede ayudar mucho a mejorar tus cuentas.
Los pasos principales para elaborar un presupuesto son estos:
- Anota todos tus ingresos, regulares o esporádicos
- Anota tus gastos imprescindibles: vivienda, alojamiento, recibos básicos , manutención básica
- Anota el sobrante de restar gastos e ingresos
Sobre el sobrante es donde debes colocar el resto de gastos, generalmente ocio y gastos menos necesarios. Cuando hacemos un buen análisis de esto solemos descubrir que gastamos grandes cantidades de dinero de manera poco inteligente. Ojo, esto no significa sacudirse de manera radical del consumo, pero si hacerlo de manera más racional, potenciando el ahorro. De este modo podrás eliminar paulatinamente el uso del crédito.
En lugar de simplemente comprar cuando te apetezca, elabora un presupuesto razonable que esté dentro de tus posibilidades. Esto no significa que cortarás todos los procesos financieros mensuales, presupuesta de forma primordial tus necesidades tales como el alquiler o la hipoteca, los servicios públicos y los alimentos, y sólo planifica las compras después de saber que todas estas cosas están cubiertas.
Revisa y consolida tus tarjetas
Si ya te has convencido a estas alturas de que el uso indiscriminado de las tarjetas de crédito puede ser perjudicial para tu bolsillo y te has decidido a poner en práctica los consejos que hemos dado, aun te queda un paso por dar, revisar y consolidar tus tarjetas.
Tenemos una tendencia poco sana desde el punto de vista financiero a pensar que más siempre es más, y, como ocurre en otros ámbitos, es justo lo contrario, menos siempre es más.
Revisa cuantas tarjetas tienes operativas, analiza sus costes, sus gastos, los intereses, las comisiones por disposición, los costes por aplazamiento…
Una vez tengas claros esos datos elije las más adecuadas para tu modelo de uso, importante, no todos tenemos las mismas necesidades financieras y por eso hay tarjetas que se adaptan más a un perfil que otro.
En general sería suficiente con estas tres tarjetas:
- Tarjeta a débito; para todos los pagos corrientes dentro de nuestro presupuesto y alcance
- Tarjeta prepago o virtual; para los pagos en internet, nunca a crédito
- Tarjeta de crédito; para el uso ante imprevistos o para aprovechar sus ventajas en aplazamientos, etc
Si tienes un gran número de tarjetas de crédito, no es fácil conocer cuánto dinero estás poniendo en ellas cada mes, especialmente si las facturas llegan en momentos diferentes. Mediante el pago de todas las tarjetas de crédito con las consolidaciones correspondientes, esto hará que la situación financiera sea mucho más clara. Ese pago mensual masivo puede actuar como una llamada de atención sobre la gravedad de la carga de la deuda, y como una motivación para romper los hábitos de gasto.
Las tarjetas de crédito son instrumentos financieros que benefician a corto plazo, pero mal utilizadas se convierten en un grave problema para nuestros bolsillo.