El mecanismo más utilizado para el pago a través de Internet en la actualidad es el de las tarjetas bancarias. Aunque es cierto que, cada vez en mayor medida, utilizamos pasarelas de pago y sistemas de pago más modernos, las tarjetas siguen siendo un elemento básico de nuestras compras online.
La mentalidad respecto a la compra en Internet ha variado de manera radical en la última década. Cada vez confiamos más en las compras a través de la red, pero, más aún, cada vez confiamos más en los pagos en Internet, uno de los elementos que mayor miedo y rechazo producen al usuario no conocedor del medio.
Aun así, nuestro país, siguen muy por debajo de la media de compras que se da en otros países del entorno inmediato. Esto tiene que ver por supuesto con el miedo al fraude que se convierte en una de las grandes dudas a la hora de afrontar las compras por internet. Dentro de estas dudas el mejor mecanismo de pago sigue siendo otro reto que no todos los usuarios de Internet tienen claro, de hecho, es un debate muy interesante en profundidad.
Aun así, son las tarjetas las que de momento se llevan la palma y superan a cualquier otro mecanismo de pago en internet. Por ello, conviene tener claros todos los aspectos relativos a las compras con tarjeta, y entre ellos, descubrir cuál es el mejor tipo de tarjeta para las compras en Internet.
Los métodos de pago para las compras online
Aunque el debate sobre la seguridad en Internet continúa, y continuará, seguimos utilizando de manera masiva las tarjetas para las compras en la red. La aparición de nuevos mecanismos de pago, y los elevados niveles de seguridad de las pasarelas de pago la vez, no el miedo al fraude, que sigue existiendo fundamentalmente porque el fraude también sigue existiendo.
En general somos más conscientes de utilizar un medio en el que la seguridad es alta, pero, el fraude también existe y es posible. En este sentido resulta curioso como a pesar del miedo, seguimos exponiendo en muchos casos nuestras tarjetas de crédito principales a las compras en la red, algo que probablemente en la mayoría de casos no implica riesgo, pero que desde luego implica más riesgo que no utilizarlas.
Esto tiene que ver con dos motivos fundamentales. Por un lado estamos tremendamente acostumbrados al uso del dinero de plástico como herramienta de pago, y por tanto, no concebimos utilizar otras pasarelas que tal vez nos requieran un poco más de atención o adquirir unos conocimientos que no deseamos adquirir sobre su funcionamiento. Por otro lado, y no menos importante, técnicamente resulta tremendamente sencillo realizar un pago con tarjeta en Internet, se trata exclusivamente de introducir una serie de números y, en los casos de ser añadidos cónclaves de seguridad propias, atender a determinados mensajes vía SMS o elementos de protección añadidos poco complejos y muy rápidos.
Si a lo anterior le sumamos, en el caso del uso de las tarjetas de crédito, las ventajas inherentes de la compra inmediata y a crédito, el cóctel ya está servido.
La tendencia del futuro, en principio, parece que va por otro lado, orientándose más pasarelas de pago cada vez más especializadas, con mucho menor nivel de exposición, y en las que nuestros datos se exponen cada vez menos, ya que esta es la clave de la seguridad, la eliminación paulatina de la exposición de datos.
Sin embargo, habida cuenta que seguimos y vamos a seguir utilizando las tarjetas, convendría tener claro cuál es el mejor tipo de tarjeta para comprar por internet.
No todas las tarjetas son iguales a la hora de comprar por internet
Del mismo modo que tenemos claras las utilidades de las tarjetas en cuenta sus principios básicos, y no utilizaríamos una tarjeta de débito a crédito, porque no nos da crédito, o no utilizaríamos (no deberíamos hacerlo) una tarjeta de crédito para disposiciones de dinero en metálico, deberíamos tener claro que no todas las tarjetas bancarias son buenas para comprar por internet.
El ejemplo último, el de la disposición de dinero en metálico con una tarjeta de crédito, es muy indicativo de lo mal que podemos llegar a utilizar este producto financiero. Es decir, es un producto que nos permite disponer dinero en metálico, pero esta disposición no sólo trae consigo una aplicación de intereses elevadísima sino que además nos supone una comisión por disposición generalmente muy elevada también. Es decir, nos permite hacer una acción que realmente no deberíamos hacer en ningún caso. El uso de las tarjetas de crédito en Internet es un caso muy parecido.
Pensemos lo siguiente, con la tarjeta para el uso en forma disposición de metálico debería ser la tarjeta de débito ya que está no sólo no aplica comisión por disposición en metálico, sino que además como trabaja contra el saldo de la cuenta no presenta intereses por crédito. La tarjeta de crédito tiene otras funciones, por ejemplo, los pagos aplazados o en casos extremos el uso para determinados problemas inmediatos de financiación.
Con internet, insistimos, ocurre lo mismo. Las tarjetas virtuales son probablemente la mejor opción posible para el pago por Internet. Sin embargo, seguimos utilizando las tarjetas de crédito y el pago aplazado como una herramienta más extendida aún que las tarjetas virtuales.
Pros y contras de la tarjeta de crédito en internet
Obviamente el principal valor a tener en cuenta una tarjeta de crédito en Internet es la posibilidad de tener crédito y por lo tanto de aplazar un pago. Esto, rara vez debería ser así. El riesgo de la compra a crédito en un mercado abierto como Internet es elevadísimo, y por otro lado, una compra que se realiza a través de una pantalla, no de manera física, y basada en crédito, tiene muchos puntos para convertirse en una compra impulsiva y poco meditada.
Es decir, que la principal ventaja de la tarjeta de crédito en Internet es también su principal enemigo. Utilizar el crédito de la red no es recomendable. Por otro lado hay que recordar que aunque los niveles de seguridad son elevados, las tarjetas siguen siendo objeto de fraude en Internet. Y en el caso de la tarjeta de crédito nosotros no gestionamos el saldo disponible en el crédito de la tarjeta ya que este viene por defecto eso depende de nuestro consumo.
Pros y contras de las tarjetas virtuales
Si hablamos desde el punto de vista de la compra con tarjetas en Internet, desde luego la tarjeta virtual es la más recomendable.
Existen formatos diferentes, desde tarjetas físicas con todos los datos pero que son inservibles en cajeros y para cualquier otra funcionalidad que no sea el pago a través de Internet, hasta tarjetas que ni siquiera existen físicamente y se limitan a una numeración que conforma la tarjeta virtual.
El modelo más extendido en cualquier caso es aquel en que estas tarjetas sólo funcionan contra los saldos que su titular carga, es decir, se comportan como una tarjeta prepago. Esto genera sin duda un buen número de ventajas. En primer lugar para realizar una compra debemos específicamente recargar la tarjeta, algo muy sencillo a través de las plataformas en Internet de los bancos, con el dinero que necesitamos lo cual nos da una perspectiva mucho mejor de la compra ya que el dinero saldrá de nuestras propias cuentas, siendo mucho más visual que el crédito inmediato de una tarjeta de crédito. Es decir nos va a ayudar a una compra más razonable.
Por otro lado, estas tarjetas una vez utilizadas pueden ser descargadas, quedando a cero. Es decir, incluso en el peor de los casos si nuestra tarjeta fuera atacada, el saldo sería cero o los restos del saldo recargado para una compra.
No le encontramos mayores problemas al uso de las tarjetas virtuales, ya que no se concibe como tarjetas de crédito la ausencia del mismo no es un problema y, sin embargo, si le encontramos grandes ventajas en su uso en Internet, tanto desde el punto de vista de una compra racional como desde la seguridad.