Cuestiones diversas como la crisis, el fraude, Internet, los viajes, los hijos, impulsan y otorgan un gran potencial de crecimiento a las tarjetas prepago, en nuestro país y en el mundo entero.
¿Los motivos?, pues bien, es que las tarjetas prepago reúnen precisamente las características que nos dan una solución rápida y fácil para todas estas cuestiones menores que con una tarjeta de crédito tradicional no tendríamos.
En primer lugar, como su nombre lo indica, una tarjeta prepago funciona gracias a un determinado crédito cargado de antemano por su titular, de acuerdo a su voluntad y necesidades.
De esta forma, las tarjetas prepago nos permiten controlar los gastos en forma exhaustiva, ya que una vez consumido el importe por el que se cargó crédito a la misma, la misma queda automáticamente suspendida hasta que se efectúe otra recarga.
Esta función no sólo resulta muy útil para controlar nuestro gasto mensual en un momento de crisis financiera o tensión económica, como el que muchos españoles están atravesando. También resulta de suma utilidad, cuando uno debe confiarle la tarjeta a otra persona, por ejemplo, un hijo, o un empleado, para que cubran ciertos gastos. De esta forma, estas personas no podrán gastar más allá de la carga de dinero efectuada en la tarjeta.
A la hora de realizar un viaje, las tarjetas prepago también resultan sumamente útiles, ya que las mismas nos permiten trasladarnos con la comodidad de no tener que portar dinero en efectivo, y en caso del robo o extravío de la misma, tanto los trámites para su anulación como la posibilidad de recuperar el crédito cargado en la misma son mucho más rápidos y sencillos que en el caso de la tarjeta de crédito tradicional.
La popularización de las compras por internet y el alarmante incremento del fraude electrónico, es otro de los factores que torna tentador la utilización de una tarjeta prepago para abonar estas compras.
Quién planee efectuar una compra por internet, fácilmente y en muchos casos en forma online puede solicitar a su banco una tarjeta prepago con un determinado importe, cuyo número y fecha de vencimiento, pueden ser cambiados luego de concluida la operación. De esta forma, si estamos siendo víctimas del fraude electrónico, el riesgo queda circunscrito al importe cargado para dicha operación concreta, no teniendo que facilitar el número de nuestra tarjeta de crédito a extraños.
Como podemos observar en función del análisis previo, las ventajas de las tarjetas prepago son muchísimas y en ello, es que las entidades bancarias ven su potencial de crecimiento.
En función de un estudio efectuado por la consultora Boston Consulting Group, la utilización de la tarjeta prepago como medio de pago en Europa se incrementará a un ritmo del 26% anual durante los próximos siete años.
De esta forma, se espera que para 2017, se pase de los 18.000 millones de euros al año que se mueven mediante tarjetas prepago, solamente en Europa, a nada menos que 127.000 millones de euros.
Una cifra nada despreciable, por lo que se convierte en un producto más que atractivo para las entidades españolas.