Como la mayor parte de las cosas en la vida no se pueden controlar y estar preparados para todo se hace, prácticamente, imposible, hay que tener en cuenta que cuando hay que hacer frente a un gasto inesperado (por trabajo o por una cuestión personal, como la subida de la luz) existe una solución fácil y al alcance de cualquiera: solicitar un crédito rápido. Este tipo de préstamos se han vuelto muy populares entre la población, y cada vez hay más ofertas, porque los pasos a seguir son muy pocos y se puede contar con el dinero en un breve espacio de tiempo.
Lo primero que hay que saber es que, dentro de los créditos rápidos, existen diferentes tipologías. Entre las más destacadas se encuentran los créditos rápidos: sin aval, sin nómina, por teléfono (suelen tener también la opción de realizar el trámite de forma online), con ASNEF (la Asociación Española Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito), o lo que es lo mismo, préstamos concedidos por entidades de crédito especializadas y los que carecen de todo tipo de papeleo impreso. Como se puede observar con este listado, la finalidad es que se pueda conseguir el préstamo de manera cómoda, rápida y sencilla, como con los créditos Bigbank.
En el caso de esta última entidad, Bigbank, lo que ofrece son microcréditos que llegan hasta los 6.000 euros y que se pueden devolver en un plazo de hasta 6 años. Una de sus ventajas es que, quien quiera, puede adelantar parte del préstamo para poder, así, ahorrarse parte de los intereses. Y, para quienes precisen aún de más dinero, pueden optar por créditos más amplios (de hasta 15.000 euros aunque, como es lógico, los requisitos varían)
Pero, por norma general el proceso y lo que se exige por parte de la entidad es de fácil cumplimiento. Básicamente es ser mayor de edad y disponer de un ordenador o dispositivo electrónico que conectar a Internet o emplear el teléfono para hacer una llamada. Una vez que se ha calculado el importe que se va a solicitar, sólo hay que introducirlo en la web elegida (o decirlo a la asistente telefónica), optar por el plazo de tiempo de devolución que más convenga y llevar a cabo la solicitud. Con esto, un documento identificativo, una cuenta bancaria y una fuente de ingresos regulares se puede asegurar que, salvo excepciones (puede faltar información o haber habido un error) se puede contar con el dinero.
Como el proceso ya está automatizado en muy poco tiempo se puede saber la decisión del prestamista (normalmente, en un plazo de 24 horas o menos).
Este tipo de créditos están recomendados en casos puntuales como un salvoconducto para hacer frente a un gasto que no se puede asumir y, siendo utilizado de esta manera, sí que tiene interesantes beneficios. En Internet se pueden encontrar, incluso, estando en la lista de morosos y a interés muy bajo o cero (esto suele verse en promociones especiales o cuando se solicita por primera vez un crédito de este tipo)