Las tarjetas de crédito son un servicio bancario que hoy en día tenemos tan asumido como las cuentas corrientes. Han evolucionado desde las primeras tarjetas profesionales hasta la tarjeta de crédito virtual, pero hoy se nos hace raro concebir un banco que no ofrezca una o varias tarjetas de crédito o débito a sus clientes. Este servicio nos parece inherente a la propia actividad bancaria.
Lo cierto es que las tarjetas no siempre estuvieron ahí. Generalmente, suele decirse que el origen de la idea de las tarjetas bancarias se sitúa a comienzos del siglo XX en Estados Unidos. La idea, en un estado aún muy rudimentario, partió del director del Chase Manhattan Bank, que pensó en una tarjeta profesional. Inicialmente se emitieron para compañías gasolineras y grandes almacenes, pero no cuajaron.
En 1949 este prototipo dio un paso más hacia el tipo de tarjetas que conocemos hoy día. Frank McNamara, director de la Corporación de Crédito Hamilton, había invitado a dos amigos a una cena de negocios. Cuando llegó el momento de abonar la cuenta, el hombre se dio cuenta de que había olvidado la billetera en casa. Podía haber optado por llamar a casa y pedir que se la enviaran, pero discutiendo con sus amigos, dio con una solución que revolucionaría el comercio mundial: crear una tarjeta que acreditara el pago de la deuda ante el establecimiento comercial y garantizara así el futuro pago de la deuda.
Esa primera tarjeta de crédito, con la que el portador se acreditaba ante los negocios que la aceptaran, recibió el nombre de “The Diners’ Club” (el club de los que van a cenar), en homenaje al incidente que le inspiró.
Primeras tarjetas universales y llegada a España
Las primeras tarjetas de crédito universales se emitieron una década más tarde. En 1958, American Express lanzó su primera tarjeta de crédito, en formato de papel. Ese mismo año se creó BankAmericard (hoy conocida como VISA) e Interbank Card Association (hoy, MasterCard). Un año después ya se emitían tarjetas de crédito de plástico en Estados Unidos, basadas ya en un pago que se procesaba de forma centralizada. Poco después, las tarjetas de crédito tomaron la forma estandarizada que conocemos hoy: una pieza de plástico uniformes por necesidad técnica, siempre con idéntico tamaño 85,60 mm × 53,98 mm.
En España, tardaron un poco más en llegar, pero este año se cumple medio siglo desde que en 1971 el Banco de Bilbao lanzara la primera, tras alcanzar un acuerdo de uso de licencia con Bank of America.
Hoy en España hay más de 87,5 millones de tarjetas bancarias, de las cuales 50 son tarjetas de crédito, según el Banco de España, pero sin duda el sistema sigue evolucionando. En el futuro, que ya está aquí, muchos optarán por las tarjetas virtuales. Se trata de una tarjeta que no tiene un soporte físico, aunque al igual que las tarjetas físicas, disponen de dieciséis dígitos, un código de verificación y una fecha de vencimiento. Las tarjetas virtuales suelen tener un saldo previamente autorizado y pueden utilizarse tanto para compras en Internet como en establecimientos físicos con pagos contacless.