A la hora de elegir una tarjeta de crédito que nos vaya a proveer además de descuentos, si esta opción se ha considerado como importante en el cómputo general de la tarjeta, debemos tener en cuenta una serie de elementos que van a resultar determinantes para la eficacia de dichos descuentos; una eficacia que, ya adelantamos de antemano, no es ni mucho menos la misma entre todas las tarjetas
En primer lugar lógicamente lo primero que debemos de contrastar son las condiciones bajo las que operarán los descuentos, aquí debemos tener en cuenta si estos descuentos se dirigen de manera exclusiva hacia un determinado sector, comercios adheridos, o segmentos muy concretos. Esto es muy habitual y puede llegar a confundir al usuario al no quedar claro en qué comercios o en qué compras puede aplicar los descuentos.
Cuando aprovechar los descuentos
Por otro lado deberemos contrastar que esos descuentos no se enfocan como promociones puntuales, algo que puede ocurrir sobre todo en determinadas épocas del año como el verano o la Navidad.
En aquellos casos en los que los descuentos vayan directamente relacionado con el consumo, será fundamental establecer claramente la proporcionalidad entre ambos conceptos, debemos pensar que no suele tratarse de una relación excesivamente favorable en principio al usuario, y por tanto esta modalidad no resulta excesivamente atractiva más allá de cuestiones como por ejemplo el repostaje de gasolinas.
También resulta fundamental el hecho de conocer de antemano el límite de descuento existente. Todas las tarjetas van a presentar un límite de descuento independientemente del porcentaje que presentan, esto también suele aplicarse en las cuentas corrientes a los descuentos sobre recibos comunes, en los cuales se nos ofrece por ejemplo una devolución del 5% de los recibos que está limitada a un importe determinado, por ejemplo 30 €, que nunca y en ningún caso será sobrepasado.
No todas las ofertas de tarjetas son iguales
Efectivamente no todas las ofertas de tarjetas de crédito o tarjetas con descuento son iguales. Esto significa que a la hora de la contratación, vamos a tener que fijarnos mucho en la tarjeta que contratamos y las condiciones particulares que presenta.
Pongamos un ejemplo; no es lo mismo una tarjeta de pago aplazado que durante un período determinado no presenta intereses al aplazamiento, a una tarjeta que permite retrasar los pagos pero aplica intereses sobre los mismos desde el primer momento, como resulta obvio ambos modelos son muy diferentes. Puedes descubrir las mejores tarjetas para compras en este enlace.
Por otro lado debemos tener en cuenta que muchas tarjetas ofrecen promociones gancho, es decir, ofertas de tarjetas concretas en momentos determinados con prestaciones en promoción que, posteriormente, se pueden reajustar a la baja.
Esto vendría a significar, efectivamente, lo que siempre hemos insistido en la contratación de cualquier producto financiero: prestar mucha atención a lo que se nos ofrece. Descubre en este artículo cómo no equivocarte al contratar una tarjeta de crédito.