Un ejercicio muy saludable consiste en revisar de tanto en cuanto el conjunto de nuestros productos financieros. Sin embargo, si bien esto es más o menos habitual de productos como cuentas, o productos de ahorro o inversión, no siempre lo hacemos relacionado con las tarjetas.
Y, sin embargo, generalmente acumulamos mayor volumen de tarjetas de las que realmente necesitamos.
¿Cuántas tarjetas tienes?
Es probable, como les ocurre a muchas personas, que si revisas el volumen de tarjetas que tienes contratado sea más elevado de lo aconsejable.
Es interesante, por esto mismo, detenerse a contrastar, efectivamente cuántas tarjetas dispones. Tener más tarjetas no significa, en absoluto, aprovechar mejor las prestaciones de este tipo de productos, de hecho, en muchos casos supone hacerlo peor y perjudicar a las finanzas con mayor volumen de interés y dispersión de las operaciones.
En la revisión se para las tarjetas de débito de las de crédito. Las tarjetas de débito cuando se asocian a cuentas diferentes pueden tener más sentido que las de débito. No obstante, vivimos en una época en la que se tiende a agrupar los productos, por lo que, sería interesante que también valorarlas en este punto el número de cuentas corrientes que utilizas realmente.
¿Cuántas tarjetas necesitas?
No hay universalidad en esto. Realmente cada usuario es un mundo y cada necesidad es diferente. Sin embargo, si se tuviera que establecer un promedio vendría a ser el siguiente:
- Una única tarjeta de crédito: no es necesario realmente para la mayoría de usuarios disponer de más de una tarjeta de crédito. En una única tarjeta de crédito debemos encontrar el método de pago para aquellos pagos aplazados que necesitemos, si es posible, sin intereses. Recordamos que utilizar una tarjeta de crédito para disponer de dinero en metálico es probablemente la fórmula más cara junto a los préstamos rápidos
- Una o dos tarjetas de débito: las tarjetas de débito, cuando se asocian a cuentas diferentes, pueden ser una herramienta interesante. Por ejemplo, si tienes una cuenta de pagos para domiciliaciones y otra cuenta de gastos, puedes asociar una tarjeta de débito a cada una de ellas ya que resulta razonable. Sin embargo, tener tarjetas exclusivamente por acumulación en cuentas que apenas tiene movimiento, no tiene mucho sentido
- Una tarjeta virtual prepago: para los pagos en Internet es muy interesante disponer de una tarjeta virtual prepago. Como ya hemos analizado en otras ocasiones, las tarjetas prepago son realmente interesantes tanto para su uso cotidiano como para el pago por Internet. En este caso, para los pagos por Internet es recomendable la tarjeta virtual, que no puede tener uso físico ni en cajeros ni en TPV, pero que sirve perfectamente para realizar pagos, con la seguridad de utilizarse sólo cuando se encuentra recargada
Es cierto, que, a las anteriores, se pueden añadir otras tarjetas de descuentos, emitidas por ejemplo por compañías de suministro de combustible, o por grandes superficies. Pero es importante que estas tarjetas, en ningún caso, resulten tarjetas de crédito, si no, en todo caso tarjeta de ventaja de pagos. Y, por supuesto, debemos huir en cualquier caso de las tarjetas revolvíng.