Las tajetas son, sin duda alguna, el método de pago más utilizado por la mayoría de los usuarios, especialmente desde la llegada de la pandemia y el problema que presentaba el dinero en efectivo en cuanto a transmisión del virus.
Algo que muchos usuarios desconocen, es la cantidad de seguros asociados de los que disponen sus tarjetas de crédito, entre los que nos podemos encontrar seguros básicos de protección de compra, o algunos mucho más sofisticados para las tarjetas de mayor nivel.
Sea cual sea nuestro caso, es importante conocer y reclamar el uso de estos seguros, ya que de esta manera estaremos ofreciendo una protección extra a nuestras tarjetas, así como a las operaciones financieras que realizamos por medio de ellas. Sin ir más lejos, al disponer de un seguro de protección de compra, tendremos la oportunidad de recuperar el dinero ante la realización de una compra fraudulenta, algo que ni de lejos podríamos conseguir sin disponer de dicho seguro.
Los seguros de protección de compra
Como veníamos diciendo, las tarjetas de crédito son una herramienta de pago a la que damos un mayor uso de media. De hecho, estudios demuestran que en España, la mayor parte de los usuarios disponen de un número de tarjetas superior al que deberían. Lo ideal es disponer de una o dos tarjetas, por ejemplo una de crédito y otra virtual. No obstante, la mayor parte de usuarios tienen tantas tarjetas diferentes, que incluso muchas de ellas no llegan a utilizarlas realmente.
Otro de los errores más comunes relacionados con las tarjetas de crédito, es que tendemos a elegirlas por las ventajas de las que disponen sobre el aplazamiento del pago, la reducción de costes al retirar el dinero del cajero, o incluso en las bonificaciones y descuentos de los que podremos disfrutar al disponer de ellas.
Nos fijamos en todas estas cosas, mucho antes siquiera de prestar atención a elementos mucho más importantes, como lo son saber si la tarjeta en cuestión se encuentra asociada a algún tipo de seguro y si este nos puede resultar eficaz o no. Por esta razón, debemos ser mucho más conscientes con la elección de nuestros plásticos, y prestar atención a lo que verdaderamente importa.
Uno de los seguros más comunes asociados a las tarjetas, como ya hemos mencionado anteriormente, es el seguro de protección de compra, y conviene que sepamos ciertas cuestiones acerca de él. Para empezar, no dispone de las mismas coberturas en todos los casos, pero todos coinciden en que protegen nuestra tarjeta ante imprevistos, robos, usos fraudulentos, etc.
Para poder reclamar el uso de este seguro, la entidad bancaria te exigirá que cumplas con tres condiciones. La primera de ellas, es que debes realizar el pago total con la tarjeta asociada al seguro, algo que es vital si queremos que el seguro nos proteja realmente, aunque es cierto que hay excepciones en las que podremos usar la tarjeta para pagar de manera parcial.
La segunda condición, es que se deberán respetar los tiempos de reclamación de las condiciones particulares del seguro. Realmente se trata de un periodo de tiempo más que elevado para poder realizar la reclamación, ya que suele oscilar entre los dos y los tres meses, generalmente.
La última condición es que el seguro cubrirá en la mayoría de los casos por robo, pero no usualmente en caso de hurto. Esto quiere decir que los seguros de protección de compra funcionan casi de manera exclusiva ante los casos de robo, de manera que si se trata de hurto, no estaremos bien protegidos. Por lo tanto, debemos saber diferenciar entre lo que es un robo y lo que es un hurto. El robo suele ser un acto violento en el que se utiliza la fuerza y la intimidación. De manera que, si nos atracan pero no hacen uso de estos elementos, el seguro no nos protegerá ante el incidente.