Es normal que los productos financieros, del mismo modo que cualquier producto o servicio, acaben adaptándose a los tiempos, y, en este sentido, acaben adaptando ideas provenientes de otros sectores o campos, pero, que pueden resultar útiles dentro de su oferta concreta.
Cuando nos planteamos contratar tarjetas bancarias, es evidente que los modelos más conocidos de estos productos serían las tarjetas de crédito o tarjetas de débito, sin embargo en los últimos años han surgido diferentes modelos de aplicación de tarjeta bancaria, como es el caso de las tarjetas prepago.
Nos cuestionamos si es posible renunciar a las tarjetas de crédito
La tarjeta prepago, que habitualmente asociamos como concepto a la telefonía móvil, mantiene un comportamiento relativamente similar al de este sector, es decir, se basa para su uso en una recarga previa de dinero que podrá ser utilizada sin limitación, pero que una vez rebasada no permitirá su uso, en el caso de la telefonía móvil impidiendo la emisión de llamadas, y en el caso de las tarjetas bancarias simplemente comportándose a este nivel como una tarjeta de débito, es decir, una vez superado el límite recargado ya no existirá posibilidad de uso hasta una nueva recarga.
Las tarjetas prepago han venido a convertirse en una alternativa interesante a diferentes utilidades que anteriormente se empleaban para tarjetas de crédito o débito. Por poner un ejemplo podríamos hablar de las famosas tarjetas de empresa para desplazamientos y estancias, que en este caso pueden ser mucho más reguladas en sus gastos ya que tras una planificación previa se puede recargar la tarjeta exclusivamente con los importes que van a ser necesarios, evitando de este modo los cargos sobre tarjeta que no tengan que ver con el objeto de la misma.
Por otro lado y en algunas propuestas, también se ha convertido en un modelo rápido de proporcionar un trasvase de dinero a familiares en el extranjero por ejemplo, algo que puede resultar muy útil en el caso de personas que residen en nuestro país pero que mantienen familias o lazos familiares en otros países a los que desean aportar dinero.
En definitiva una utilidad interesante, un modelo de tarjeta práctico, y que, por la general, no viene a aportar grandes gastos por encima de la tarjeta o cuenta a la que se encuentre asociada.
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¿Son baratas la tarajetas prepago?
Indudablemente estamos ante un modelo de tarjeta muy barato, por no decir el más barato. Debes pensar que esta tarjeta sólo funciona a través de las recargas que realiza, estas recargas a su vez se hacen contra tus cuentas bancarias o tarjetas de crédito, pero inicialmente no presentan coste ni comisión por la recarga con lo cual, realmente, solo asumirás el gasto que realizas, nada más.
Por otro lado no son tarjetas que vienen a presentar costes de mantenimiento ni de contratación inicial, por lo cual, tampoco en este sentido aportan más gasto que cualquier otro tipo de tarjeta, de hecho aportan menos generalmente.
Por último si pensamos en ellas como en un elemento importante para poder controlar mucho mejor nuestros gastos, y por tanto, ahorrar siendo beneficiosas para nuestro bolsillo, el círculo se cierra y efectivamente se puede hablar de estar ante un producto barato y con beneficios, por encima incluso de la tradicional tarjeta a débito, ya que en este caso el gasto se ciñe exclusivamente a lo previsto.