Las criptomonedas han llegado para quedarse, esto parece un hecho. Por eso, que los medios de pago tradicionales, como las tarjetas, se adapten a esta nueva realidad es algo normal. En ese contexto es donde se sitúan las tarjetas de débito Bitcoin.
Aunque, debemos precisar que, la tendencia es a que se trate de tarjetas para criptomonedas, es decir, que no sólo vamos a poder operar con Bitcoin sobre ellas, sino que también podemos operar con otros activos digitales, generalmente los más conocidos y con mayor capitalización de mercado.
Por qué hay tarjetas para Bitcoin
El crecimiento de mercado de las criptomonedas es un hecho innegable. Sin embargo, se trata aún de un mercado disperso, no regulado y complejo en que compiten varios miles de activos digitales.
Esto no debe dar lugar a engaño ya que, a pesar de esos miles de criptomonedas, la capitalización de mercado está en manos de unas pocas. De hecho, Bitcoin es un activo digital que por sí solo tiene mayor volumen de capitalización de mercado que todas las demás criptomonedas juntas.
Es por ello que, cuando se trata de asociar el uso de las criptomonedas a mecanismos de pago tradicionales como las tarjetas, la presencia de Bitcoin es, simplemente, imprescindible. No se concibe un modelo de pago con criptomonedas en el que no figure la posibilidad, de un modo u otro de utilizar Bitcoin
Cómo son las tarjetas de débito para Bitcoin
en primer lugar, y como su propio nombre indica, son tarjetas de débito. Es decir, funcionan contra el saldo real y en ningún caso contra crédito.
El funcionamiento de estas tarjetas se basa en la posibilidad de utilizar activos digitales, y, por un lado, convertirlos en dinero fiduciario, o por otro lado realizar pagos en aquellos entornos que admitan la criptomoneda como método de pago.
Aunque parece complejo, realmente no lo es. Las tarjetas permiten realizar conversiones, en función del estado del mercado en cada momento, en las diferentes direcciones que contemple el producto. Por ejemplo, convertir Bitcoin en euros, o convertir Ethereum en dólares, o Bitcoin en Ethereum, etc.
Generalmente este tipo de tarjetas se vinculan de manera directa a una aplicación móvil (o de sobremesa). Estas aplicaciones suele ser la clave de funcionamiento de las tarjetas para criptomonedas ya que, además de elementos tradicionales como la información bancaria asociada, datos del usuario, etc., son las plataformas desde las que gestionamos y almacenamos las criptomonedas (a través de lo que se denomina monedero digital).
Aunque existen fórmulas diferentes, lo cierto es que la tendencia es a unificar en un mismo entorno los métodos de pago y los métodos de almacenamiento y gestión de los activos digitales. Es por ello, que las principales tarjetas para criptomonedas, se nos ofrecen siempre asociadas a mecanismos de gestión y control en forma de aplicaciones, monederos digitales, etc.
El cambio del paradigma del modelo de pago no se está limitando a las nuevas fórmulas, pago por móvil, pasarelas de pago, etc., también a la aparición de las criptomonedas como una herramienta clave para entender el futuro sistema monetario, y por supuesto, los diferentes modelos de pago que en un futuro no lejano van a encontrarse de manera cotidiana.